domingo, 18 de julio de 2010

Glee


Idina Menzel y Kristen Chenoweth, en Wicked

Matthew Morrison, en Glee y en Miss Saigón

Matthew Morrison, en 10 Million Miles

Lea Michele, en Glee

Nota publicada el sábado 10 de julio de 2010, en La Nación

Con el talento de Broadway

La serie se transformó en una ventana para los intérpretes de musicales


Por Pablo Gorlero

Hasta el año pasado, difícilmente un intérprete de musical de Broadway conseguía acceder a un protagónico en una serie televisiva. Concretamente, hasta la aparición de Glee. Claro que hubo excepciones, y Debbie Allen (Amor sin barreras, Sweet Charity) pudo ser protagonista, y luego directora y productora de la serie Fama, uno de los grandes íconos televisivos de los años 80.
La aparición de Glee es el puente que estaba faltando entre Broadway y la televisión. Tanto es así que la página oficial de la serie en Facebook lanzó esta encuesta: "¿Qué estrella de Broadway querés en Glee?". Y allí figuran los nombres de Bette Middler, Julie Andrews, Carol Burnett, Lea Salonga, Adam Lambert, Betty Buckley y Megan Mulally, entre muchas otras. Y todos ellos, famosos y desconocidos, quieren pasar por esa "ventana" que trasciende la Gran Manzana y puede volverlos masivos, algo por siempre dificultoso para los artistas del género musical.
Glee reivindica el espíritu de Broadway a través de esos sublimes fragmentos cantados de sus obras, pero también en el alma de aquellos talentosos intérpretes integrales que transmiten las emociones más intensas a través de la palabra cantada o del movimiento. Así Matthew Morrison, quien trabajó en las comedias musicales Footloose, The Rocky Horror Show, Hairspray, 10 Million Milles y The Light in the Piazza, hoy es una estrella a la que le "llueven" proyectos. Y para hacer alarde de su talento, en la última entrega de premios Tony demostró durante varios minutos cómo puede bailar y cantar sin parar, con el magnetismo de una estrella consumada.
Por su parte, el revolucionario musical Despertar de primavera -ya fuera de cartel- dejó como legado extra a sus dos protagonistas: Lea Michele y Jonathan Groff, y a una integrante del elenco, Jenna Ushkowitz. La carismática Michele va camino de convertirse en una de las figuras jóvenes más solicitadas de Hollywood a través de su atractivo personaje Rachel Berry, hija de un matrimonio compuesto por dos hombres.
Por su parte, Idina Menzel y Kristen Chenoweth, las dos impresionantes protagonistas originales de Wicked, hoy superestrellas de Broadway, también tuvieron su lugar en Glee, con personajes intensos, donde demostraron que no sólo cantan maravillosamente, sino que son unas actrices espléndidas. A su vez, tuvieron sus participaciones Victor Garber y Neil Patrick Harris, entre otros.
Glee nos regala instantes inolvidables a los amantes del musical porque logra integrar el alma del género a su atractivo argumento. El momento en que Menzel interpreta a dúo "I Dreamed a Dream" (de Los miserables) con Lea Michele -su hija natural en la ficción- resulta un tour de force inolvidable. Otro de los momentos más sublimes de su primera temproada es cuando Chris Colfer (el adolescente gay, cuya relación con su ultramasculino padre mecánico es conmovedora) interpreta a dúo con Lea Michele, "Defying Gravity", el dúo musical que cierra el segundo acto de Wicked.
Glee sirvió tanto para reafirmar la "nueva comedia musical" -donde el rock más salvaje es el que rige sus partituras, donde la realidad, la ironía y la vida sin oropeles circundan sus letras y sus tramas-, como para recuperar el romanticismo clásico e incorporarlo a su contemporaneidad.