sábado, 5 de marzo de 2011

Directo a las emociones

LA POESÍA PUEDE ESTAR EN EL AGUA




O: EL CIRQUE DU SOLEIL EN LAS VEGAS


Pablo Gorlero
Enviado especial

LAS VEGAS.- Eso de que el teatro es irrepetible, que ninguna función es igual a la otra, que no es sempiterno como el cine es real. Sin embargo, algunos espectáculos son tan potentes, tan efectivos, que difícilmente se borren de la memoria de sus espectadores. Quedan sellados para siempre, aunque sea en instantes, en imágenes, en sensaciones. Es lo que, sin dudas, puede provocar O , uno de los más bellos espectáculos del Cirque du Soleil.
Esta ciudad que se asemeja a un gran parque temático con mucho tránsito tiene en el Bellagio uno de sus más imponentes y lujosos hoteles. No es temático como muchos de ellos. Su concepto podría decirse que es el lujo extremo. En su interior, uno de los siete espectáculos que el Cirque du Soleil tiene en Las Vegas: O . Fue el primero de la compañía quebequense en Las Vegas y el décimo de su producción (se estrenó en 1998). Se dice que el hotel invirtió 100 millones de dólares en la construcción del teatro de 1800 butacas que alberga a O (sonido fonético de la palabra "agua", en francés), con un escenario de muchos metros de profundidad, que al abrirse deja al descubierto una enorme piscina de casi seis millones de litros de agua.
O es una ilusión constante. Desde el segundo en que comienza, la parafernalia creada por Guy Laliberté pone un halo de fascinación, sobre el público, del cual es difícil salir. Imposible sostener el foco de atención en una sola cosa. Permanentemente ocurren situaciones, en todo el arco de visión del espectador. Gente que "vuela", unos que simplemente se deslizan por el aire, otros que parecen flotar, algunos que caminan, corren o bailan, y muchos que se sumergen, bucean, desaparecen y emergen para, sencillamente, caminar sobre el agua.

Extraña, hipnótica, esta propuesta tan brutalmente teatral conduce hacia un mundo onírico en el que cada uno de sus componentes destella poesía. En esa dimensión surrealista se mueven acróbatas, músicos, nadadores, clavadistas, cantantes y actores. El montaje trabaja en forma permanente varios planos, siempre con un foco de atención central. Sólo que lo periférico puede ser casi tan o más fascinante que cada acto protagónico. Porque si ese galeón casi fantasma que se mece por el aire y sobre el cual corren, saltan y se deslizan una docena de acróbatas es sorprendente, no lo son menos esas náyades que trazan figuras en el agua, crean texturas y sacuden el alma. En O , un piano puede aparecer desde la profundidad para volver a desaparecer en ella, o un grupo de sombras que deambulan en un ritual mortuorio, con una cortina de música étnica, pueden crear esa sensación de correr sobre el agua, o un lector de la realidad puede quemarse durante un largo rato para seguir leyendo y caminando cubierto de fuego. Y qué decir de los payasos de O que sin palabras, con gags tan dulces como efectistas, logran decir que con afecto se puede abatir hasta la peor tormenta.
Si algún día tiene la suerte de pasar por Las Vegas, prohíbase no entrar a ver este espectáculo. Y si no tiene esa suerte, siempre está esa ventanita amable que puede ser YouTube.

1 comentario:

  1. Maravilloso el cirque du soleil, me encantan. nunca pude verlos en vivo pero son maravillosos. magia pura. abrazo

    ResponderEliminar