miércoles, 24 de septiembre de 2008

Primicia



HISTORIA DE LA COMEDIA MUSICAL EN LA ARGENTINA - TOMO 2 - Desde 1980 hasta 2008

De Pablo Gorlero

Marcelo Héctor Oliveri Editor
Colaboración en investigación: Laura Ventura
Diseño: Andrés Pérez

Desde marzo en las principales librerías


HISTORIA DE LA COMEDIA MUSICAL EN LA ARGENTINA
Desde sus comienzos hasta 1979

Lo conseguís en casi todas las librerías de la avenida Corrientes y en Musimundo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

CNN festejó el ayer al borde del futuro

Nota de gran despliegue publicada el 6 de junio de 2000, en el suplemento La Nación Tevé. Realizada en el marco del 20° aniversario de la cadena, y del World Report, evento anual en el que participan 300 periodistas televisivos de todo el mundo. Ese año participaron en él, como invitados, el ex presidente soviético Mikhail Gorbachov; el rey Abdullah II, de Jordania; Al Gore y Jimmy Carter. Obviamente, las cifras han cambiado, incluso algunos de los directivos mencionados. Pero me pareció interesante subirla porque da un panorama de lo que es ese monstruo por dentro.

La cadena que es sinónimo de la globalización de las comunicaciones celebró sus 20 años.

Por Pablo Gorlero
(Enviado especial)

ATLANTA.- Son pocos los elegidos. Apenas 23 medios gráficos de todo el mundo, procedentes de Brasil, Alemania, México, Reino Unido, Francia, Venezuela, Australia o la India, entre otros países. Y por la Argentina, La Nación. La celebración es muy especial para esta “pequeña” ciudad de los Estados Unidos que tiene más de 400.000 habitantes. Su hombre fuerte, Ted Turner, festeja el vigésimo aniversario de su hijo predilecto, la CNN. Se trata de un cumpleaños significativo, ya que esa cadena de noticias es el paradigma de la globalización de las comunicaciones, un fenómeno cuya implicancia en otras esferas –el peligro de la pérdida de la diversidad cultural que conlleva- es, en este momento, tema de un intenso debate ético.
Par ala ocasión, se efectuó la onceava edición de CNN World Report, la conferencia anual que congrega a periodistas de todo el mundo. Todo enmarcado en la conmoción producida por la histórica fusión del gigante de Internet America Online (AOL) y Time Warner, el imperio al que pertenecen las empresas de Turner desde 1996.
El escenario es perfecto. Ted y sus socios saben que el mundo va a estar pendiente de sus movimientos. Qué mejor, entonces, que hacer una fiesta –que incluyó actuaciones en vivo de Sheryl Crow, Emmylou Harris y Diana Ross con The Supremes- para reafirmar el poderío de la cadena más importante de noticias del mundo.
“La mejor, la más grande y fuerte”. Así denomina a CNN Eason Jordan, presidente de la división Newsgathering and Internacional Networks, sintetizando los conceptos que todos sus compañeros no se cansan de repetir: “Somos imbatibles”, “Somos el periodismo”, “Estamos en todos lados”. Para muchos, tal vez sea así; para otros, quizás exagerado; lo cierto es que son muy poderosos y ese poder se siente en cuanto uno pisa el gigantesco complejo de Atlanta, en el que no sólo tienen su “cuartel central” Ted y sus colaboradores, sino que también se encuentran todos los estudios de la CNN (a los que el público tiene acceso), centros de convenciones, estadios deportivos, cines y teatros, un moderno hotel y muchos etcéteras.

El satélite se asoma
El 1° de julio de 1980, Cable News Network (CNN) asomaba el hocico como una de las primeras señales satelitales de los Estados Unidos, transmitiendo las 24 horas. Pero Turner aspiraba a más: conquistar el mundo. Para eso, en septiembre de 1985 lanzó el canal internacionalmente y, en poco tiempo, mostraba al mundo imágenes inéditas de su cobertura de los principales acontecimientos mundiales. Imágenes como las del desastre del Challenger, de la caída del Muro de Berlín, de un estudiante chino intentando impedir el paso de un tanque durante la masacre de Tianammen y, sobre todo, las de la Guerra del Golfo –con los misiles luminosos sobrevolando los cielos de Bagdad- sellarían para siempre el poderío de la CNN en el mundo mediático.
Eason Jordan aún recuerda con un dejo de tristeza aquella criticada cobertura de la Guerra del Golfo. “Nunca antes se había reportado eso, pero es bueno que conozcan una historia verdadera referente a nuestra cobertura de la invasión iraquí a Kuwait. Una mujer de Irak que descubrió el movimiento armado que se estaba levantando en ese país, tomó el teléfono y nos llamó. Así fue que nosotros estuvimos primero en el momento de los hechos. Ella continuó colaborando con nosotros. Luego intentamos localizarla, pero lo único que encontramos fue su cuerpo destrozado. Si alguien piensa que la CNN hace un show periodístico es porque, realmente, no conoce estas verdaderas historias”.
Aquel terrible acontecimiento quedó remarcado “en negritas” en la historia de la televisión. La guerra se podía vivir en vivo y en directo. Muchos, incluyendo a los sectores más intelectuales, criticaron durante esta nueva forma de hacer información. Lo cierto es que, por esos días, el rating de la cadena fue histórico.
Con o sin críticas, la cadena de Ted Turner pasaría a tener presencia en 1,7 millón de hogares en 1980 a los hoy más de mil millones de televidentes en 212 países, con casi 4.000 empleados y 37 corresponsalías en todo el mundo, incluida Buenos Aires.
La CNN se ramificó en varias señales de un mismo concepto: CNN International, CNN en Español, CNN Financial, CNN Headline News y CNN Sports Illustrated. Por otra parte, este año abrió las puertas a las franquicias y ya tiene tres puestitos internacionales: CNN Plus, en España; CNN Turk, en Turquía; y CNND, en Alemania. Y la regionalización continúa. México, India, Pakistán y el Reino Unido ya tienen segmentos propios de noticias y se estudia la posibilidad de sumar otros.
El concepto de TV global se extiende al personal. En su equipo técnio y de producción hay un amplio abanico de razas y nacionalidades. Lo mismo ocurre con los presentadores de noticias. Pertenecen a más de 30 países y, entre ellos, hay cinco argentinos: Sonia Ruseler y Guillermo Arduino (CNN International) y Daniel Viotto, Carlos Montero y Diego Bustos (CNN en Español). “Esta no es una señal de norteamericanos, sino hecha para el mundo por gente del mundo”, expresa con orgullo Tom Jonson, presidente y CEO de CNN News Group.

Las encrucijadas de un líder
Cada uno de los directivos de la CNN repite una y otra vez los mismos conceptos. Pero no lucen en sus bocas como una receta aprendida y reiterada hasta el hartazgo, aunque tal vez sus argumentos sean algo exagerados, ya que la mayoría de la población de Asia, África y América latina no tiene cable para verlos. Pero muchos gobernantes se preocupan por los contenidos de la información que se emite. “¿Presiones? ¡Todo el tiempo!”, reconoce el mismo Turner. “El presidente de Yugoslavia me acusó directamente de haber hecho una campaña en su contra y fue muy dificultoso para nosotros poder trabajar bien sobre lo que está ocurriendo en ese país”, afirma Jordan.
“Nuestro deber es informar con objetividad, responsabilidad y confiabilidad. No hacemos sensacionalismo. El periodismo es atacado en muchos países, incluso en los Estados Unidos. Por eso incrementamos nuestra cobertura y apostamos a nuestras corresponsalías en todo el mundo, sobre todo en los sitios donde hay guerras y conflictos. Donde quiera que estés, allí estará la CNN. Lógicamente buscamos cooperación en cada lugar que vamos y, si nos sentimos bien recibidos, podemos trabajar mejor. Pero hay países que no cooperan, como nos ocurrió en Rusia, por ejemplo, o en Corea del Norte”, agrega Jonson. Basta recordar también la negativa del ex presidente argentino Carlos Menem a conceder una entrevista a esta emisora.
Claro que la cadena de noticias internacional de Turner tampoco está libre de acusaciones y hasta su credibilidad se vio afectada no hace mucho. En épocas en que los misiles de los Estados Unidos impactaban tierra iraquí, la CNN pagó por obtener la exclusividad de las más conmovedoras imágenes del conflicto bélico. Eso originó movilizaciones, quejas y duras acusaciones en las que estaban en tela de juicio la ética periodística y humana. Hoy en día, esto es sólo una anécdota y los directivos reafirman su postura de ese momento.
En 1998, a causa del supuesto falso informe presentado por el famoso periodista Meter Arnett sobre el uso de gast letal por los estadounidenses en Vietnam, en 1970, por primera vez la CNN tuvo que salir a pedir disculpas y retractarse públicamente. La misma cadena se investigó a sí misma y llegó a la conclusión de que el informe que había presentado en todo el mundo no tenía asidero. “Todos cometemos errores y ése fue un momento feo en nuestra historia. No nos creemos perfectos y somos muy críticos, por eso nuestra credibilidad no se ve afectada”, confiesa Ted Turner.

El negocio del siglo
La reciente fusión de AOL con Time Warner, que se concretará en sólo unas semanas, y que le da a la nueva empresa un valor total de mercado de 350 mil millones de dólares, hace que en las instalaciones del gigante se respiren aires de cambio. Pero las nuevas autoridades, con Steve Case (AOL) y Gerald Levin (Time Warner) a la cabeza, aseguraron que Ted seguiría siendo un hombre clave en su imperio de entretenimiento y comunicaciones. “A partir de esta fusión, nada cambiará en nuestra línea editorial”, afirma Jonson.
La tecnología con la que se trabaja es pieza clave para el buen humor reinante en las mesas de noticias y el resultado perfecto. Los cassettes han sido reemplazados por un sistema digital, a través del cual los productores pueden editar, seleccionar y aplicarle el videograph directamente desde la pantalla de su computadora. Los camarógrafos de piso no existen: las cámaras son dirigidas por control central. Chiches que sorprenden y que permiten advertir que los cambios tecnológicos son más vertiginosos de lo que uno supone.
No escatima en gastos. El objetivo final de Turner no es pequeño: que el día en que termine el mundo sus cámaras estén allí para emitir su último programa. Y, además, hay millones de dólares de por medio. No hay que dejar de tener en cuenta que en estos tiempos de televisión verdad, la noticia también es negocio.

CNN en cifras
27 corresponsalías internacionales y 10 en los Estados Unidos.
Más de 4000 empleados.
11 satélites.
Más de 800 cadenas afiliadas.
Presencia en más de 212 países y territorios.
2.500 millones de recursos financieros en 1999.

Coberturas clave
Enero de 1986: El desastre del Challenger.
Noviembre de 1989: Caída del Muro de Berlín.
Enero de 1991: La Guerra del Golfo.
Abril de 1992: La guerra civil en Bosnia.
Febrero de 1993: La bomba en el World Trade Center.
Junio de 1994: El juicio a O.J. Simpson.
Marzo de 1999: Invasión de la OTAN a Yugoslavia.

¿Competencia yo?
Nadie en la CNN tiene reparos en hablar de la competencia. Lo hacen con sarcasmo, si se trata del magnate australiano Rupert Murdoch, y con seriedad, si se trata de la NBC, o de la BBC, su principal competidora internacional. Chris Cramer, presidente de CNN International, que trabajó durante 25 años en la BBC, dice: “En la BBC sabíamos que la única que podía batirnos era la CNN. Ambas compiten con productos similares. Pero la gran diferencia es la marca”.

En América latina
CNN en Español llega a nueve millones de hogares. Por eso, al entrar en sus estudios sorprende que ocupe un espacio físico tan reducido. Pero no hace falta más. "Cambiamos el periodismo en América latina", exagera Rolando Santos, presidente de la señal que, desde que fue lanzada el 17 de marzo de 1997, aglutina a profesionales de todos los países de habla hispana.

TED ESCONDE SUS CARTAS

ATLANTA.- La cita es con un grupo reducido de periodistas de distintas partes del mundo. En su oficina se mezclan desde cuadros costosos, hasta premios Oscars y el auténtico león de la Metro Goldwyn Mayer embalsamado. Turner llega media hora tarde en medio de una tensión evidente. Ted Turner tenía todo planeado. Jovial y dicharachero, aclara que le gusta que lo llamen por su nombre de pila. "Además, no tengo intenciones de hablar de mi vida privada... sólo de la CNN", arrancó entre hálitos de resignación. Ante la polémica sobre su incierto futuro en la nueva empresa, sólo sonrió y dejó en claro su sorpresa por la velocidad vertiginosa en la que se sucede la fusión. "Todavía no nos hemos fusionado. Falta. De todos modos, mi rutina diaria no cambiará mucho: voy a tener todas las mañanas mi plato de cereales frente a mí". Prefiere hablar de ecología, medio ambiente y, lógicamente, de CNN.
-¿Rupert Murdoch le quita el sueño?
-Rupert piensa renovar Fox News y también hacer un website de noticias. Tiene mucho interés en tener éxito. ¿Cómo podrá tenerlo si funciona como un intervencionista con ideas no objetivas? Pero prefiero no hablar de él...
-¿Lo mejor y lo peor de CNN en estos 20 años?
-Lo más imporatnte fue la cobertura de la guerra en el Golfo. Lo peor fue el cuestionamiento que recibimos por nuestro informe sobre el uso de gas nervioso en la guerra. Hicimos todo lo posible por corregirnos. Todos cometemos errores.
-¿Es más importante ser el más poderoso o el más confiable?
-El más preciso. Pero hay una relación entre ambas cosas. Mi padre siempre decía que la calidad es básica para el éxito.
-¿Recuerda alguna presión?
-Claro. La de los chinos cuando estuvimos allí y nos quisieron echar. De otros países nos tuvimos que ir, por ejemplo de Irak. Y en otros ni siquiera pudimos entrar, como en Corea del Norte.
-¿No cree que las grandes cadenas noticiosas atienden los problemas mundiales de acuerdo a intereses de los países poderosos?
-CNN no recibe ni ejerce influencia sobre nadie. Eso propiciaría el crecimiento de otras cadenas como la BBC o la de Rupert. La gente elige credibilidad. Pero claro, los intereses de los países pobres son importantes para los más ricos. Tiene que haber un equilibrio. No es digno que el dinero del mundo esté en manos de pocos.
-Pero usted es rico...
-Sí, pero mi creencia está en las Naciones Unidas para construir un mundo mejor.
-¿Hasta cuándo va a estar al frente de CNN?
-Viví 40 años sin ella. Podría vivir otra vez sin CNN.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El musical Wicked, de gira por los Estados Unidos




Nota publicada en La Nación el 5 de marzo de 2007. Próximamente, un artículo sobre Gregory Maguire, un autor interesantísimo para conocer.

Un alarde de ingenio
Un ejemplo de recursos puestos en función del buen teatro

Por Pablo Gorlero
(Enviado especial)

TAMPA, Estados Unidos.- Los domingos por la tarde en esta ciudad de la Florida dan la sensación de que uno está inmerso en una gran escenografía donde ni los actores ni los extras aparecieron aún. La vida comienza a anunciarse a eso de las 5 de la tarde, cuando la población automovilística empieza a hacerse presente de forma más notoria, pero sin estridencias. Parece que todos se van a pasear por las afueras el último día de la semana.
Pero, media hora antes de las 19, como de la nada (en realidad, de los estacionamientos), surgen varios millares de personas que, como hormigas, convergen en un mismo lugar: el Tampa Bay Performing Arts Center, donde está a punto de comenzar una nueva función de Wicked , el exitoso musical de Broadway que ya lleva varios años de gira por los Estados Unidos. El increíble e imponente centro cultural incluye cinco salas teatrales (de 2500, 1000, 300, 250 y 130 localidades, respectivamente) y también ofrece múltiples seminarios y cursos artísticos, así como la posibilidad de disfrutar de boutiques, tiendas y restaurantes a la vera del río.
En esta ocasión, no quedó ni una sola de las entradas por vender para Wicked, que se presenta en el bellísimo Carla Morsani Hall. A la italiana, con una isóptica perfecta desde cualquier ángulo, el teatro tiene decenas de puertas a los costados y al frente de la sala que facilitan un ingreso rápido y una salida ordenada de los espectadores sobre el final. Claro que eso se logra con una puntualidad sajona, como la que exhiben los norteamericanos.
Diez minutos antes de las 19, una seña lumínica y sonora anuncia que está por comenzar la función. A las 19 en punto, se asoma la cabeza del director de orquesta y comienza la obertura de uno de los mejores espectáculos que surgieron de la Gran Manzana en los últimos años. Un gran entretenimiento
La obra se estrenó en octubre de 2003 y aún hoy sigue siendo una de las figuritas difíciles a la hora de conseguir entradas en Nueva York. Fue escrita por Winnie Holzman, las canciones son de Stephen Schwartz (Godspell, Pippin) y cuenta con la dirección de Joe Mantello.
Wicked está basada en la novela Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West , de Gregory Maguire, una especie de prehistoria de los personajes de El mago de Oz, convertida en un best seller.
La bruja buena y la bruja mala de la obra de L. Frank Baum son las protagonistas de esta adaptación que Holzman y Schwartz hicieron de la metafórica novela de Maguire.
La esencia del libro fue sostenida a rajatabla y sólo se eliminaron o se redujeron algunos personajes secundarios.
Lo más importante de Wicked es que los autores lograron un entretenimiento excelente a través de una vuelta de tuerca ingeniosa sobre la conocida historia y, lo que es más valioso, le agregaron un subtexto tan accesible como complejo.
Aquí Elphaba -la Bruja Mala del Oeste, de cara verde en el cuento original- nace por obra y gracia de la trampa humana y es marginada socialmente por el color de su rostro. Glinda, la bruja buena del cuento, acá es la chica rubia linda y tonta cuya meta es la notoriedad. Se conocen en la universidad de magos y luego de una rivalidad muy graciosa (ambas se tienen asco) pasan a ser íntimas amigas.
Elphaba crea una fraternal relación con su profesor de biología, el Doctor Dillamond, un carnero sabio. Y es por esta relación que se entera de que algo raro pasa en Oz. Cada tanto, al profesor se le escapa un balido, y la razón es que el Mago que gobierna Oz está haciendo algo que provoca que los animales vayan perdiendo de a poco el don del habla.
Aquí es interesante acotar que los animales, en la sociedad de Oz, no gozan de los mismos derechos que los humanos, los munchkins y demás seres.
Cuando Elphaba cumple su sueño de conocer al Gran Mago, se da cuenta de que es un tipo común y corriente que, como en el film, se vale de una gran cara mecánica con una voz amplificada para infundir temor entre la gente. Eso la desilusiona un poco, pero no tanto como cuando la obliga a usar su magia para que les crezcan alas a los monos. Ahí descubre que es un dictador cruel que daña a los animales.
En la novela, Maguire señala que el Mago les reduce los derechos a los animales y les quita el habla para poder expropiarles sus propiedades y así enriquecer más a la nación de Oz. En el musical, esto no es tan explícito, pero sí inculca al pueblo el temor por estos seres, además del miedo a Elphaba, a la que llama la "maldita" bruja del Este. "Hay que crearles enemigos para que tengan miedo y puedan estar más unidos", dice el Mago, una especie de viejito bonachón.
Ahí comienza la lucha de Elphaba por defender sus principios y hacerles entender a los habitantes de Oz que todos tienen los mismos derechos. Pero las cosas le salen mal y termina provocando desgracias en algunos seres queridos. Mientras tanto, su amiga Glinda, aunque apoya su ética, sigue su objetivo y se queda al lado del poder, aunque más tarde pueda arrepentirse.
Cuando los artilugios escénicos y esa manía de hollywoodización del teatro están puestos en función de la historia que se está contando, como en este caso, no hacen más que sublimar la puesta. En Wicked no hay tanto como en El fantasma de la Ópera o La bella y la bestia , pero su diseño escenográfico y sus cambios escenotécnicos son impresionantes, como cuando, en el final del primer acto -donde Elphaba sigue su inevitable destino-, la bruja levanta vuelo con su escoba y sigue cantando con furia "Defying Gravity" (Desafiando la gravedad).
Los estudios Universal tuvieron que ver con la producción de la obra, y el toque cinematográfico se ve en muchos elementos estéticos: un hábil manejo de las sombras y una escenografía barroca y algo surrealista.
La coreografía de Wayne Cilento ( Aida ) es protagonista en los momentos de "alegría". Mientras que, con su partitura, Schwartz no sólo recorre una amplia gama de melodías con canciones pegadizas, sino que también apela a una partitura con carácter, potente, que tampoco titubea en quebrar cuando el diálogo debe tener lugar.
El libro de Winnie Holzman combina los ingredientes obligados de la comedia musical clásica, como el romance, la alegría extrema y el drama sutil, con mucho humor y una subtrama política, psicológica y social que acaba ocupando el primer plano durante la última de las dos horas y media que dura el espectáculo. Asimismo, es interesante el origen que les da a todos los personajes del cuento, incluidos Dorothy y sus tres amigos.
En el elenco sobresalen las dos figuras principales. Christina DeCicco realiza una composición que se lleva todos los aplausos: el modo en que compone a su rubia tonta y "popular" despierta las carcajadas de todo el teatro. Además de cantar en forma impecable, es una excelente comediante.
Por su parte, Victoria Matlock tiene el rol central: Elphaba. Su voz es potente y perfecta, pero lo que la magnifica es que está puesta enteramente al servicio de su composición. Transita en forma natural por todos los estados de esta chica marginada, desde su desconfiada adolescencia pasando por la confirmación de sus ideales hasta el momento final, en el que es una revolucionaria incomprendida.
También son destacables los trabajos de P. J. Benjamin, quien fue elogiado durante seis años por hacer de Mr. Celofán en Chicago , en Broadway, como el carismático Mago, y Dedee Magno Hall, como Nessarose, la desdichada hermana de Elphaba.

Ricardo Bartís


El elenco de La Pesca, su obra actualmente en cartel, junto a Ricardo Bartís

Entrevista publicada en la revista La Mano, en agosto de 2005. Fue realizada con motivo de haberse estrenado De mal en peor, una de las mejores propuestas teatrales de ese año.

Maestro de actores, director inquieto, tiene cara de malo pero es dueño de un humor sabio.

Por Pablo Gorlero

El tipo te abre las puertas de su casa. Su casa es un teatro. Antes era un depósito de ambulancias. Ahora es un lugar precioso por donde deambulan asistentes, actores, gente que lo saluda. El tipo te lleva a la cocina, que está al lado de la sala y te prepara unos mates. Serio. Mientras pone la pava da la sensación de que está planeando una nueva obra. Se sienta, te mira a los ojos como para hacer su propia descripción de personaje y, después, comienza a hablar de lo que más le gusta: el teatro.
Desde 1981, Ricardo Bartís dirige su propio grupo: el Sportivo Teatral de Buenos Aires, que está instalado en el alma de Palermo Viejo. Sí, nada de Soho, ni de Hollywood. No serían términos a emplear con este maestro.
Allí estrenó hace dos meses su último trabajo: De mal en peor, una obra inteligente desde donde se la mire, que rinde homenaje a la dramaturgia de Florencio Sánchez. No es que reformule ningún texto del autor, sino que plantea un conflicto con personajes reconocibles de aquella pluma que dio el pase inicial al realismo naturalista rioplatense. Cuando entrás al Sportivo hay como una exposición de objetos pertenecientes a Mary Helen Hutton, una maestra norteamericana que llegó a la Argentina en 1858 en el contingente pedido por Sarmiento para el desarrollo de la alfabetización popular. En 1860 fue raptada por los indios y permaneció cautiva 26 años. El gobierno la indemnizó pero fue entregada en custodia a una familia patricia: los Méndez Uriburu, con la condición de que creara un museo sobre sus avatares. Cuando comienza la historia se ven a dos familias: estos Méndez Uriburu y los Rocatagioni, que conviven en una casona porteña. Ellos comparten un proyecto económico y se endeudaron hasta la médula. No pueden salir de ese brete y ven cómo, de manera irremediable, corren el riesgo de descender en la escala social. No saben cómo salir del paso, y ni siquiera cuentan con los títulos de la vieja norteamericana. Encima, les cae el cuco en casa: un anarquista que pretende a la chica de la familia. Es una postal argentina que podría trasladarse muy bien al hoy.
Se empezó a gestar en abril de 2004 con algunos de sus estudiantes. Como ya no da clases como antes, sino en períodos cortos, sus alumnos se sentían en banda. Les sugirió que vayan los jueves, para improvisar y así empezaron a trabajar esos textos.
-¿Por qué un solo día a la semana?
-Porque había una actriz rosarina estupenda, Claudia Cantero, que viajaba especialmente para trabajar con nosotros. También hay un actor cordobés, pero él se instaló acá. Entonces empezamos a sufrir un problema severo: nos salía 400 pesos al mes bancarle el micro a Claudia.
-Ah… pero otro hubiera buscado a otra actriz… o la hubiese dicho: arreglate, piba…
-Era parte del grupo. Pero estuvo muy amable el investigador y periodista Jorge Dubatti, que nos consiguió gente que pagaba diez pesos para ver los ensayos: el proceso de trabajo. Ensayábamos una hora y el tiempo restante se convertía en un ensayo público. Nos ayudaba a juntar la plata para pagar el micro. Ese entusiasmo de los ensayos motorizó la propuesta.
-¿La idea surgió en las clases?
-Si bien Sánchez es un autor que se utiliza, en este caso adquirió un rango específico. Sabíamos que había una estructura familiar y que unas narraciones paralelas existían: como la de Mary Hellen, el joven anarquista y ese tal Ramos, el personaje omnímodo con el que tienen la deuda. La literatura de Sánchez nos ayudó en términos de situaciones.
-¿Qué salió primero: la idea o la literatura de Florencio Sánchez?
-La literatura de Sánchez funciona como una buena excusa, con un rango intelectual y de apasionamiento, pero ya estaba claro que no iba a ser ni una versión de una obra de ese autor, ni un traslado, ni un popurrí. Era una referencia, un homenaje amoroso a esa literatura y a ese hombre en particular.
-¿Se conversa mucho en el proceso?
-No. El eje es el ensayo, la improvisación como fundamento y la creencia de que no va a haber campo de representación, sino una construcción que provendrá de la escena misma. A su vez, con la peculiaridad de un espacio como éste, con tres puertas. Eso nos iba a permitir un juego dinámico, un poco tipo vodevil, género al cual el teatro le debe muchísimo. En general está mal visto, está pensado como un género menor. Incorrecto: es importantísimo y recorre la historia del teatro en distintos momentos. Sería lo que es dado en llamar las comedias de puertas. Esto es una dinámica escénica muy vinculada al espacio.
-Otros directores se rasgarían las vestiduras. Vos no tenés menosprecio por el humor, el vodevil o el realismo.
-Eso escapa a mí, pero también es cierto que uno, cuando produce, establece discusiones no solamente con la realidad, sino también con las formas de producción teatral contemporánea. A mí me parece que este espectáculo es, una vez más, una decisiva discusión con lo que se ha dado en llamar la modernidad, o las presuntas vanguardias modernas. Ya en términos de vanguardia, corresponde a una hipótesis de país inexistente, porque no es un país industrializado donde las vanguardias artísticas existan. Entonces en un país donde todos somos off, la presunción de la vanguardia sería una especie de broma. Aún así hay un sector de la producción teatral que, en los últimos tiempos, ha vuelto a lo que se ha dado en llamar el naturalismo o modalidades lavadas de expresividad y de un lugar de vuelta de sometimiento de los cuerpos actorales a las narraciones tradicionales, es decir, a las situaciones de narración. Y la hipótesis de que hay un origen, una verdad, un logos previo a la escena y que ésta se va a encargar de poner en escena esa verdad previa. Lo que pasa es que hay un tratamiento específico también con el lenguaje de la escritura entendiendo eso como un procedimiento. Pero es la potencia de la actuación la que va a imponer esa melodía o esa sinfonía escénica o ese intento de algo que tenga que ver con una esfera más rítmica.
-A los dramaturgos no les gusta nada esto que decís… Los relega a un plano menor en importancia.
-Por lo general el dramaturgo se cree que es el autor de la obra y presupone que proletariza las demás áreas. Entonces se cree que el director va a ser un traductor del autor y el actor un intérprete. Esa es una presunción que circula y es el teatro dominante, pero se puede hacer de otra manera y no es solamente una cuestión de técnicas o gustos, sino una visión del mundo, del hombre. Hay una ideología política profunda, porque es en el plano de las formas donde se da lo revolucionario. Primero, la idea de no tomar la realidad como una fuente de reproducción porque la realidad está capturada, la realidad es una ficción estabilizada durante cientos de años.
-También sería más fácil…
-Sí, es una cuestión de oficio, que no está mal y sería eficaz. Pero si se siguieran los señalamientos del autor, desarrollando los componentes psicológicos y las lógicas de comportamiento expresivo que los personajes formulen, parecería que la obra se hace, se realiza y se llega a concluir. Esa situación de la representación no queda excluida en la construcción. El peligro es sistemático. Hay algo de la potencia afirmativa de la actuación que no está puesta ni en la historia, ni en la narración.
-¿Creés que hay engolosinamientos en los teatristas porteños?
-Hay modas conceptuales. Buenos Aires es una ciudad muy adepta a eso. A veces aparecen algunas modas que duran lo que un lirio. Por ejemplo, el teatro de la imagen, que en los 90 tuvo una especie de brote. Iba a durar un tiempo muy acotado porque toma un aspecto parcial de la resolución. El problema principal es la narración. Se puede narrar sin tomar la idea de lo poético como lo abstracto o lo raro. Yo sigo teniendo vínculos con las tradiciones del teatro argentino.
-¿Como definirías a tu teatro?
-La verdad, creo que nuestro nivel intelectual en la Argentina de los últimos años ha sufrido una derrota brutal. Pertenecemos a un país con una tradición teatral extraordinaria, y de una vitalidad envidiable. No conozco otros. Europa tiene una visión didáctica y su propio iluminismo le hace tener un teatro aburrido y endeble. En América, con Chile y Uruguay, tenemos tradición de autores, dirección y de actuación. Hay unos 300 actores argentinos imposibles de no ser considerados entre los mejores del mundo, con una enorme capacidad de producir más de un discurso a la vez. Todo argentino que se precie sabe que cuando se habla de una cosa se habla de otra cosa, a la vez. En lo teatral eso es un elemento constitutivo, sería narrar dos elementos que se cuestionen y produzcan otra conmoción. No veo mucha gente que haga eso en Buenos Aires. Eso es lo teatral. El teatro depende mucho más de otras artes y queda muy obligado a un pensamiento muy obvio: si se va a entender o no, si va a ser o no reconocido. Hay una preeminencia insoportable sobre la palabra.
-¿Vos ves teatro?
-Sí. No mucho porque temo deprimirme y dudar de mi propio trabajo. No lo digo ni con simpatía ni irónicamente. Veo con mucho interés las producciones de algunas personas en particular. Le tengo un enorme respeto a Pompeyo Audivert. Es una personalidad importantísima, como actor, investigador y director. Por supuesto, agradezco al teatro oficial que recupere a Alejandro Urdapilleta, que lo va a dirigir Surúa.
-Te cuento que ya no…
-¿No está más? Qué pena. Porque es un motivo de orgullo y de alegría verlo actuar. Es nuestro mejor actor por varios kilómetros en el sentido que siempre está excedido, siempre quiebra algo, siempre produce una intensidad y una poética que genera alegría y ganas de vivir y de actuar. Cristina Banegas también. Es demoledora.
-Vas a ver actores más que directores…
-Sí, tengo ciertas dificultades. Seguramente por celos, por envidia o competencia malsana (Se ríe).
-¿Cómo es eso?
-Porque los lenguajes no son inocuos. Los lenguajes cuestionan los lenguajes. Hay ciertos modelos de teatralidad que no es que sean diferentes en esos términos, sino que ponen en discusión lo que yo hago y pienso sobre el teatro. Yo soy fuerte acá. En la esquina soy una debilidad total.
-¿Tu teatro es incompatible con lo comercial?
-Te lo digo ingenuamente y de manera absolutamente patotera: vengo haciendo éxitos desde hace diez años. Todos mis espectáculos han sido exitosos acá y en el mundo. Pero lo fueron porque no tenían ninguna presunción de índole comercial, porque tenían un proyecto minoritario y un vínculo minoritario con el espectador. A mí me gustan los actores, ver sus detalles, su transpiración, sus ojos. Eso no se puede ver desde la fila quince. No se puede poner a 11 personas en 10 metros cuadrados si no tenés un detalle espacial llevado al enloquecimiento del detalle. Pero esas situaciones devienen de la escena, de la necesidad de la creación de un pulso escénico, de la combinación de planos. Pero no aparecen como ideas visuales, escenográficas o de imágenes. Sino como consecuencias dinámicas de la escena. Las veces que me llamaron para hacer teatro comercial, sentí que no iba a poder hacerlo. Después me he encargado de hacer la suficiente cantidad de lío como para que ya no me llame nadie. Eso te coloca decididamente al margen no momentáneo sino decisivo. Y está muy bien que así sea… No lo reivindico, es evidente que yo hago un teatro en contra de otros teatros. Y está bien que no me llamen. No me llama ni siquiera el teatro San Martín. Mucho menos, a un productor no le interesaría hacer una obra para 50 espectadores. De todos modos, soy un privilegiado en la posibilidad de viajar y poder mostrar nuestro trabajo en festivales internacionales. He tenido mucha suerte.

Política y literatura
No es la primera vez que Bartís se mete con la literatura. En El pecado que no se puede nombrar lo hizo con Los siete locos y Lanzallamas, de Roberto Arlt; en La última cinta magnética, con Beckett; en Donde más duele, con la figura del Don Juan; y antes con Hamlet, de Shakespeare; y Muñeca, de Armando Discépolo. Bartís no sólo tiene la capacidad de observar con una agudeza admirable, sino que desmenuza los textos, los profana, saca ideas y los tamiza de un humor implacable.
El es serio, pero entre mate y mate, te das cuenta de que tiene un humor exquisito, cargado de ideología.
-¿Por qué esta ligazón de tus obras con la literatura?
-Es una excusa. Están concebidas más bien como ideas de vínculos de homenajes a ciertas formas de la escritura que conllevan la posibilidad de entusiasmar y ver cuál es el traslado. En este caso yo quería hablar de la deuda. En la época de Sánchez hay un intento no didáctico de tomar lo social y trasladarlo al seno de la estructura familiar. Ahí surge esa sensación oscura y confusa de no saber porqué se debe, cómo eso desgasta y produce una actitud temerosa donde uno empieza a entregar a su madre con tal de zafar. Y que eso es un núcleo argentino. Si no Menem no podría haber sido el presidente dos veces o no podría haber existido la dictadura militar. La desidia, la falta de esperanzas va siendo útil para ciertos proyectos de dominación. Y eso tiene traslado en cosas más sutiles, más privadas, más tremendas, que son la falta de esperanza, la confusión, la debilidad, de un cuestionamiento a algo esencial que uno no termina de entender qué es. Por supuesto, después viene lo concreto: millones de compatriotas comiendo de la basura, gente que se muere de hambre, los chicos que serán menos inteligentes que en los países del primer mundo porque no tienen proteínas, la irrupción demencial y demoníaca de la religión y de la Iglesia en nuestra vida pública y cultural o la entrega de los bienes de peso en el país. En mi teatro hay esa violencia y esa furia decidida y mantenida. Dicho esto con simpatía. Jamás olvido el perdón. Jamás. La prostitución de todo valor moral, la ausencia de la palabra, la amistad, la confianza, la solidaridad… Hay una culpabilidad manifiesta por parte de los que ocupan los gobiernos de turno y hay una estructura mafiosa que llevará un tiempo largo desmontar. Me parece que entonces el hacer teatro o el intentar desarrollar en el campo de la belleza algún tipo de alternativa defensiva y de ataque ante semejante cosa es en lo único que encuentro algún sentido.
-¿Por qué estás dejando de dar clases?
-Porque me desgasta mucho. A mí me conmueve el ensayo, donde por ejemplo, una persona viene de viajar cuatro horas desde Rosario, se vuelve a Retiro para esperar una hora más y, luego, viajar otras cuatro. Todo sin que nadie le pague un mango o le de un sánguche caliente. Ahí hay pasión irrefrenable. Por el contrario, en la clase esa situación está determinada por un acuerdo económico. Dar clases me permite mantener este lugar. Pero ya no doy más. Hace 25 años que doy clases. Y siento que yo también me burocratizo, me estupidizo, me repito, me siento cada vez más imbécil. Sigo dando porque no tengo otra forma de vivir, pero las he reducido al máximo. Son cuatrimestrales y después derivo a las personas. Ahora, encima, me hinchan las pelotas con el tema de Cromagnon, producto de la caja negra de la corrupción. A los teatros independientes se nos obliga a una serie de cosas, y nos quieren legislar y nos amenazan con cerrarnos los espacios. Hace veinte años que repetimos lo mismo y eso te agota. No me sorprende que no vengan a nuestros teatros los secretarios de cultura, ya sean los posmo radicales como ese muchacho Lopérfido; o Telerman, con su estilo campechano peronista, típicamente mafioso. Ellos prefieren sostener un encuentro casual en el Museo Renault o en el Malba, que son los lugares que tienen cierto prestigio para mostrarse. La situación que desgasta es que el Estado actúa como enemigo de la cultura. No esperamos que nos ayude, pero por lo menos que no ponga tantas trabas. Y ahora joden con el tema de los matafuegos.
-Los otros días fui a una fiesta donde entraba más gente que en tu teatro… y no había matafuegos.
-¡Cuando hacés una obra de teatro hacés menos lío! En una fiesta la gente bebe, se fuma un porro o tiene ganas de moderle algo a alguien. Es absolutamente absurdo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Equipo de Rayos X para animales

Quienes muchas veces no podemos seguir de largo cuando algún animal está perdido o en apuros, nos hemos encontrado más de una vez con la falta de atención y facilidades para atenderlos. Si es muy complicado para los humanos, para los animales lo es mucho más. Las consultas con los veterinarios son muy caras, los estudios son costosos y las internaciones excesivamente caras. Entre esos estudios difíciles de concretar si no se tiene dinero suficiente están las radiografías y ecografías.
Movilizado por este tipo de situaciones, en julio del año pasado un grupo de proteccionistas comenzó una campaña de recolección de fondos con la finalidad de adquirir un equipo de rayos X.
"Este es un sueño largamente alimentado en la tristeza de ver a los animales sin posibilidades de atención eficiente, con un diagnóstico únicamente presuntivo -comenta Marta Elisabet Wagner, una de las gestoras de la idea-. Cabe aclarar que este no es un problema tan sólo de los animales abandonados y/o de dueños sin recursos económicos. En nuestra ciudad no hay equipos de rayos, ni ecógrafos, ni tecnología que permita diagnosticar certeramente traumatismos, y patologías cardíacas, entre muchas otras afecciones. Si un animal traumatizado no presenta fracturas visibles, hay que esperar la evolución del mismo, simplemente rezando, para que no tenga golpes o derrames internos que lo conduzcan a una muerte inevitable. Y en caso de presentar fracturas comprobables a ojo no se lo puede intervenir quirúrgicamente, por cuanto no tenemos una placa radiográfica necesaria a tal fin".
Muchos veterinarios consideran que la compra de aparatología no es redituable económicamente. Y ese es otro problema grave que se presenta a la hora de tratar de salvar a los animales. ¡Si Buenos Aires tuviera su hospital veterinario!
"Todo esto hace que contemplemos impotentes una realidad que nos amarga y supera -continúa Marta Elisabet-. Diversas contingencias, hicieron que dejáramos a un lado esta compra, que sigue siendo indispensable para la vida de los animales. De todas formas, de nuevo en carrera, queremos agradecer a aquellos que el año pasado aportaron dinero a esta campaña, y a quienes durante el mes de agosto de este año, escucharon el llamado de nuestra amiga Regina Palermo, colaborando con su aporte. Agradecemos a todos profundamente porque no hay ayuda pequeña. Todo es importante, porque el esfuerzo que todos hacen es enorme".
Entre las personas que colaboraron se reunieron 1.050 pesos, pero falta mucho todavía ya que el equipo, usado pero en buenas condiciones, cuesta entre 4.000 y 6000 pesos. El grupo de colaboracionistas cuenta el asesoramiento de profesionales en radiología, con la colaboración del doctor Eduardo Pons, secretario de Extensión Universitaria de la Facultad de Veterinaria de La Plata, especialista en el tema.

Es importante este logro. Para aquellos que puedan colaborar con la cantidad que puedan:
Caja de Ahorro N° 21986/0 - Banco Pcia. de Bs.As. Suc. 6949
Titular Marta Elisabet Wagner
DNI 13.239.670 - CUIT 27-13239670-7
CBU 01 40 30 37 03 69 49 02 19 86 01.