sábado, 20 de octubre de 2012

De mi perro sobre mi gato



Francisco, mi perro, en su diario (diariodeunperrosabio.blogspot.com) escribió esto para Néstor, su hermano gato, que nos dejó físicamente hace un mes.


Hola, diario. Te habrás preguntado el porqué de mi ausencia... Estuve muy triste.
Hace dos meses Nestitor empezó a estar un poco raro. Seguía haciendo su vida normal, pero adelgazando mucho. Pablo también se preocupó y lo llevó al veterinario. Ahí ya no te puedo contar con detalles porque viste que los humanos no te dicen nada, tenés que darte cuenta. Sólo que ese día, volvió llorando. Fueron muchas las veces en las que metían a Nestitor en un bolso y se lo llevaban. Se ve que Pablo me vio preocupado y un día me permitió ir con ellos. Confirmé que iban todos los días al veterinario. Lo subían a Nestitor a esa mesa de metal espantosa y fría para pincharlo y pasarle agua por un tubito que, a su vez, colgaba de una bolsa. No entendí por qué. Qué estupidez esa de que te den agua por un tubo pinchándote el lomo... Si yo lo veía siempre a Néstor bebiendo de nuestro tarro de agua. Una vez se lo llevaron a Néstor y tardó cinco días en volver. Me preocupé mucho. También me enojé y me puse celoso, lo admito. Pablo estuvo ausente mucho tiempo y sólo se abrazaba a mí para compartir su tristeza.
Cuando Néstitor volvió de esa ausencia, comenzó a estar un poquito mejor... pero sólo unos días. Volvió a empeorar y cada vez se puso peor. No te voy a dar detalles, diario, porque es muy triste. Sólo te voy a contar que ayer se murió.
Con Pablo estuvimos varias horas acostados con él adentro de un placard (donde se refugiaba los últimos días). Él le hacía mimos, yo lo observaba. Hasta que llegó un momento que duró varios minutos, en el que Néstor empezó a despedirse definitivamente. Nunca voy a olvidar esos minutos, que se hicieron siglos. Lo acompañamos hasta el final y Pablo le habló muchísimo.
Primero Saúl, ahora Nestitor. Ya sé lo que es la muerte. Ahora en casa confirmé bien de qué se trata eso de pasar un umbral.
Estoy muy triste, diario, muy triste. Néstor fue el mejor gato del mundo. Fue mi hermano gato, el que yo mismo elegí en la placita y con el que corríamos sin parar luchando hasta quedar exhaustos. Como escuché que dijo Pablo: Néstor era el gato más dulce y bueno del universo.
Esta primera mañana se me hizo muy difícil. Faltaba uno. Pero enseguida pensé que ahora Néstor volvió a correr, sólo que ahora tiene ventajas. Ahora podrá volver a treparse adonde quiera. Tal vez a lo más alto que haya pretendido jamás. Y era tan libre y curioso que hasta podrá hurgar dentro de nuestras propias almas, atrevido como era él. Con sus patitas irá amasando nuestros corazones por todo lo que nos quede de existencia, hasta que nos reencontremos. Sus ojazos ven más allá de todo. Te voy a extrañar mucho hermano. Chau.