viernes, 21 de agosto de 2009

Revivals en Broadway


HAIR, SOUTH PACIFIC y WEST SIDE STORY

(Ampliación de la nota publicada el 26 de julio de 2009, en La Nación. Podés leer la nota original en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1154949)

EL INVALORABLE ENCANTO DE LOS CLÁSICOS

En Broadway, tres de los musicales más requeridos por el público son "revivals" de éxitos del pasado
Por Pablo Gorlero
(Enviado especial)

NUEVA YORK.- Aunque todos los años Broadway presenta varios revivals de sus grandes musicales que hicieron historia, crisis mediante, ésta es una de las más auspiciosas temporadas para aquellas obras que han vuelto en nuevas versiones. Los "revivals" de Hair y West Side Story están entre los diez primeros puestos, en el top ten de recaudaciones; y South Pacific, está muy cerca de esa lista. A eso se suma una moderna versión de Bye Bye, Birdie, que el 10 de septiembre comenzará sus funciones previas, en el teatro Henry Miller. Asimismo, hasta hace muy poco tiempo también estuvieron en cartel "revivals" de Guys and Dolls y Pal Joey, que obtuvieron varias nominaciones al Tony.
No pude conseguir entradas para Amor sin barreras (West Side Story) así que poco puedo hablar de esta nueva versión. A fines de junio se agotaban rápido las entradas con descuento y, en el teatro, había mucha gente esperando la devolución de último momento. El musical que dirige el mismísimo Arthur Laurents tiene la característica de ser bilingüe. En las escenas de los puertorriqueños se habla en español, y en las otras o en las de conjunto, en inglés. De todas formas, recientemente, los responsables de este montaje han decidido reducir el texto en español en partes claves del show porque, según dicen, la gente se queja por no entender nada. En recientes declaraciones a The New York Times, Laurents explicó que el detalle de presentar algunas escenas en español no tuvo el impacto esperado en el público. La canción "A Boy Like That", que se representaba en español, ahora se hace en inglés. Hasta hace algunas semanas, este musical iba cuarto en el "top ten", aunque ahora descendió al décimo lugar.
Una escena de West Side Story (Fotos Barlow - Hartman)

Pero en ascenso imparable, en séptimo lugar, está la nueva versión de Hair, que está generando una legión de fanáticos y un regreso de la moda hippie, por lo menos en las inmediaciones del teatro Al Hirschfeld, en la calle 45. Por allí pueden verse colas, por la mañana, para conseguir buenas ubicaciones, y amontonamientos por la tarde, cuando llega el momento de la "lotería". Es nada menos que un sorteo que implementan también otras producciones, como Wicked y 9 to 5, y que se volvió célebre (y tradición) en Rent, durante muchos años. Allí, un miembro de la producción sortea las dos primeras filas a 20 dólares cada entrada, un momento en el que se genera furor y expectativa. Casi todos los que se agrupan en la puerta del teatro son adolescentes o veinteañeros, lo que hace aún más llamativo este suceso que es Hair.
Se estrenó el año pasado en el ciclo Shakespeare in the Park, dirigida por Diane Paulus, y fue tan elogiada que el 29 de abril debutó en Broadway y tuvo ocho nominaciones al Tony, de las cuales ganó como mejor "revival" de musical. Sin dudas, Hair es hoy uno de los mejores montajes que pueden apreciarse en la Gran Manzana.
Es una de las llamadas "obras peligrosas", ya que no tiene una estructura dramática convencional, sino que su propósito original es transmitir el mensaje del movimiento hippie. Se estrenó en 1968, por lo tanto, hoy en día, si no tuviera una resemantización adecuada resultaría anacrónica y en extremo ingenua. Pero la directora Diane Paulus recuperó el sentido de la obra que gestaron Gerome Ragni, James Rado y Galt MacDermot, y le insufló la energía necesaria a través de un equipo de intérpretes que estremecen. La historia y la política de Bush también jugaron a favor del montaje. De inmediato, los espectadores estadounidenses hacen una relectura de la guerra de Vietnam (momento en el que está situada la acción) y las recientes invasiones a Medio Oriente. Basta mirar algunos rostros enjugados en lágrimas y en las risas cómplices cuando la obra satiriza a los grandes estratos de poder, las leyes y las "obligaciones". Hair vuelve a ser un grito de rebeldía que no se vuelve infantil, sino genuino, generado en épocas en las que clamar por paz y por amor era revolucionario.

Desde el comienzo, en "Acuario", esta nueva "tribu" de hippies ficticios hacen suyo no sólo el escenario, sino todas las instalaciones del teatro. Se mueven entre la platea y el pullman irreverentes, traviesos, contestatarios, embebiendo al público de ese aire a libertad suprema e ideal que irradian el montaje y la propuesta. Paulus extrajo la potencia del mensaje, de las canciones y la sumó a una banda de rock que hace vibrar, revolear cabelleras y mover cabezas todo el tiempo. Para eso también contó con el aporte de un elenco talentosísimo. En la versión que vio este cronista, el personaje de Berger fue tan brillantemente interpretado por Steel Burkhardt, que hace difícil imaginar cómo podría superarlo el elogiado Will Swenson. Burkhardt tiene el brío y el talento necesario como para formar una dupla potente con Gavin Creel, en el papel de Claude, el muchacho que va a la guerra. La directora acentuó también la relación amorosa que sostienen como trío, junto con el personaje de Sheila, encarnado en forma brillante por Kacie Smith.


Por su parte, Bryce Ryness le brinda desparpajo a su irreverente Woof; Kacie Sheik, juega a su embarazada Jeanie con dramatismo y verdad; Andrew Kober vuelve más simpático y creíble ese esperpéntico personaje que es Margaret Mead; y Sasha Allen, Bryce Ryness y Allison Case, ponen voz y fuerza.
Paulus le buscó otra potencia al final de la obra con "Deja que entre el sol" ("Let the Sunshine in"). En lugar de implorar al público desde el proscenio y luego invadir la platea en alud humano, el elenco canta en rigurosa formación triangular y se aleja de a poco, en fila, por la platea, cantando a cappella. Casi de inmediato y con un breve saludo, vuelven al escenario e invitan a los espectadores a subir y cantar con ellos. Eso se vuelve en una gran fiesta con cientos de personas en escena cantando ese himno que pone la piel de gallina, y que en forma ineludible, trae a la memoria reminiscencias del final de la versión fílmica de Milos Forman, en la que los hippies invadían, de a miles, el Central Park.



Cuatro momentos de esta excepcional versión de Hair

Entretanto, en el Lincoln Center, el teatro oficial presenta una versión nueva de South Pacific, un clásico de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, de 1949, que generó un antes y un después en el teatro musical norteamericano. Está ambientada en una isla tropical del Pacífico, durante la Segunda Guerra Mundial. Allí transcurren dos historias románticas, una entre un rico francés y una enfermera, y otra entre un oficial estadounidense y una joven nativa. En 2008, ganó el Tony como mejor revival de musical, además de siete premios más. El montaje, de Bartlett Sher, no es ampuloso, sino más bien rico con poco. En una sala muy parecida a la Martín Coronado del San Martín, consiguió crear tanto el ambiente de playa con una hermosa sensación de profundidad y el lujo campestre de la casa de Emile de Becque.

Y el montaje fiel, ágil y fresco de Bartlett Sher pone el acento en sus intérpretes, que sobresalen en lo vocal. Quienes más se destacan son Danny Burstein, quien se adueña del escenario cada momento del escenario cada vez que aparece, como Luther; Loreta Ables Sayre, enérgica y simpática como Bloody Mary; y Paulo Szot, correcto como Emile y con una voz prodigiosa. Kelli O'Hara le impone dulzura a su enfermera protagónica y tiene muy buena voz, pero le falta algo de fuerza dramática. De todas formas, es muy difícil borrar de la cabeza el trabajo que hizo Glenn Close en una versión fílmica para televisión de la obra.
Por su parte, la imponente orquesta de 30 músicos que dirige Ted Sperling ubica en un plano protagónico la partitura de Rodgers.

Kelli O'Hara y Paulo Szot, protagonistas de South Pacific

Entretanto, la nueva versión de Bye Bye Birdie, que dirige Robert Longbottom, subirá a escena en un par de semanas, con un interesante elenco: John Stamos, Gina Gershon, Bill Irwin, Nolan Funk, Jayne Houdyshell y Matt Doyle.
La escena del "Baile en el gimnasio", de West Side Story
(Podés ver un video sobre el estreno de Hair, en Broadway en http://www.youtube.com/watch?v=Q8OAN5QTwio)

2 comentarios:

  1. Pablo, Qué bueno todo esto!
    Te mando un fuerte abrazo.

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  2. GRANDE PABLITO!!!!!!!!!!!!!!!

    TE FELICITO!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ES UN PALCER ENCONTRAR ESTE BLOG Y EMPAPARSE DE LO QUE PASA EN BROADWAY!!!!!!!!!!!

    ALEJANDRO VEROUTIS

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