lunes, 17 de noviembre de 2008

Tarzán



Buena Vista International Pictures

(Publicada en Diario Popular, en junio de 1999, con motivo del estreno del largometraje de Disney, Tarzán.)
Tarzán, dibujado

Por Pablo Gorlero

Aunque la Walt Disney Pictures lanza en promedio una película animada por año, desde hace algún tiempo sus proyectos se planifican con varias temporadas de anticipación. Así es que en 1994 ya se hablaba de Tarzán, la nueva producción que los sucesores de Walt Disney estrenarán en Buenos Aires el 8 de julio. Inspirada por el inmortal clásico de aventuras de Edgar Rice Burroughs y energizada por el ritmo de cinco nuevas canciones de Phil Collins, este nuevo dibujito de Disney se perfila a volver a ganar, a través de las aventuras del héroe del taparrabos, a los niños varones que ya se hartaron de tanta Pocahontas y Mulan.
Como en el original, la película comienza contando las extraordinarias aventuras de un niño huérfano criado por una familia de gorilas. El pequeño crece con el mismo comportamiento de la especie que lo adoptó y se mueve en la selva como un simio más desconociendo totalmente la existencia de seres semejantes a él. A medida que Tarzán madura y se convierte en un joven con todos los instintos de un animal de la selva y con la habilidad física de un atleta, su vida cambiará para siempre cuando encuentre a otros humanos con quienes sentirá que lo unen profundos e irresistibles lazos.
Después de Drácula, Tarzán es el personaje que más veces fue llevado a la pantalla por la industria cinematográfica. Tuvo 47 adaptaciones previas sólo en Hollywood. Sin embargo, este es el primer largometraje animado que se basa en el legendario aventurero de taparrabos. El mismo Burroughs consideró seriamente un “Tarzán” animado en 1936, como el medio de llevar con más fidelidad a su héroe a la pantalla. “El dibujo animado debe ser bueno, debe aproximarse a la excelencia de Disney”, dijo el “papá” del musculoso personaje. Sesenta y tres años más tarde su sueño se realizó a través de un film que no sólo se aproxima a la excelencia de Disney sino que también sienta un nuevo nivel en el proceso.
Para abordar una nueva historia de Tarzán, el equipo creativo de Disney eligió explorar la travesía emocional del personaje protagónico, a medida que éste trata de encontrar su lugar entre “dos mundos”: el de la familia animal que lo crió y el de la familia humana en la cual nació. La animación permitió a los realizadores mostrar el desarrollo de Tarzán con su familia animal como jamás antes se había visto. Asimismo, los hacedores del proyecto aseguran haber dotado al personaje tal como Burroughs lo había imaginado, de un modo en el que ningún actor humano hubiera podido interpretarlo. El filme combina perfectamente el humor con la emocionante acción en la jungla.
“Tarzán” fue dirigida por dos de los talentos más versátiles de la animación: Kevin Lima y Chris Buck. El primero debutó en la dirección en 1995 con “Goofy: La película”, aunque también tuvo a su cargo la animación, el diseño de personajes y el desarrollo de la historia en “La sirenita”, “Bernardo y Bianca en Cangurolandia”, “La bella y la bestia”, “Aladino” y “El rey león”. Por su parte, Buck comenzó con su carrera profesional en Disney en 1978 como animador en “El zorro y el sabueso”, supervisor de animación en “Pocahontas” y diseñador de personajes en “La sirenita” y “Bernardo y Bianca en Cangurolandia”. A su vez, el productor es Bonnie Arnold, quien tuvo a su cargo el mismo rol en “Toy Story”, en tanto el autor es Tab Murphy (“Gorilas en la niebla” y “El jorobado de Notre Dame”).
A fin de prepararse para el largo viaje creativo que los aguardaba, los directores y un grupo de supervisores artísticos emprendieron un safari al Africa en marzo de 1996. Recorrer las reservas animales de Kenia, visitar los gorilas de la montaña en Uganda y contemplar el “bosque impenetrable” de Bwindi resultó ser para ellos una influencia invalorable. A su vez, el equipo también se inspiró en los originales de Burroughs, cuyo legendario Tarzán debutó en una revista en 1912 y continuó apareciendo en 26 novelas autorizadas.

TARZAN VINO DE PARIS
De poderosa anatomía y personalidad multifacética, el personaje protagónico le planteó serios desafíos al equipo de animación. Los realizadores sabían que para darle vida era necesario contar con la habilidad de un animador de primer nivel y encontraron al deseoso colaborador Glen Keane, considerado uno de los más innovadores y dotados artistas de su generación. Este veterano, con 23 años en Disney, responsable de la creación de personajes como el Profesor Ratigan de “Detectives y ratones”, la sirenita Ariel, la Bestia, Aladino y Pocahontas, entre otros, terminaba de completar un año sabático en París, durante el cual estudió escultura y anatomía. Con grandes deseos de retornar al tablero de dibujo, comenzó su tarea diseñando al personaje y desarrollando una manera única de hacerlo mover en la jungla. Keane permaneció en Francia durante la producción y trabajó con un excelente equipo de cien artistas, animadores y técnicos en el Estudio de Animación de Disney en París. La teleconferencia diaria y otras innovaciones tecnológicas permitieron que los estudios de París y de Burbank (California) trabajaran en la misma página.

SEX SYMBOL MASCULINO
Para crear a Tarzán, Keane se inspiró en su hijo adolescente. Su temeridad para realizar múltiples piruetas en su “skate”, combinado con escenas de vértigo que vio en algunos videos sobre deportes extremos como el “snowboard”, lo convencieron de que Tarzán debería ser un personaje de gran audacia que experimentara esa misma sensación adrenalínica al moverse a través de la jungla. Teniendo esto en cuenta, animó un test que mostraba a Tarzán “surfeando” entre los árboles. En lugar de hamacarse de una liana como los hombres-mono anteriores, este personaje animado se mueve con velocidad y agilidad entre las ramas y la vegetación. Agita sus bucles y se mueve somo ningún otro Tarzán. A su vez, los animadores sabían que teniendo un personaje que permanentemente está con poca ropa, debían aprovechar su “sex appeal”. Del mismo modo que lo hicieron con Pocahontas, la sexy y escultural indiecita norteamericana, los animadores de Disney prefirieron no hacer un Tarzán patovica sino un muchacho que genere mucha atracción. Por eso optaron por hacerle una cintura ligera pero unos músculos bien marcados en clara referencia a lo que hoy en día es el prototipo juvenil de belleza masculina. A su vez, el personaje deja ver sus glúteos ante cada salto entre las lianas de la selva. Toda una audacia para Disney.
El director de arte Dan St. Pierre también resultó clave en el diseño. Decidido a captar la profundidad, el drama y la dimensión de lo que significa ubicar el film en la jungla, desarrolló una revolucionaria técnica llamada “Deep Canvas”, mediante la cual se permite que dos personajes bidimensionales se muevan en la jungla en forma casi real.

“MI, TARZÁN. TU, JANE”
El relato comienza con un catastrófico naufragio que deja a una joven pareja y a su pequeño hijo, Tarzán, varados en una selva hostil. En la secuencia inicial, también nos enfrentamos a una cerrada familia de gorilas dirigida por Kerchak, el severo protector líder del grupo. Su compañera, Kala, es una encantadora gorila que ha perdido a su único hijo por culpa de un leopardo llamado Sabor. No pasará mucho tiempo hasta que este depredador descubra a los nuevos habitantes de la jungla y los mate. Reponiéndose de su propia pérdida, Kala va al rescate del bebé y lo adopta como a uno más de la familia gorila. Kerchak se opone firmemente a traer a un extraño al grupo, pero se retrae cuando Kala insiste en quedarse con el pequeño.
A los cinco años, Tarzán es un saludable y despreocupado gorila con una gran necesidad de imitar sonidos de animales y listo para meterse en problemas. A pesar de su agilidad y de sus mejores intenciones, no logra ser igual a los animales de su edad. Al querer ser aceptado por sus pares, Tarzán responde al desafío de arrancar un pelo de la cola de un elefante. Esa tonta acción, que resultó en una estampida de elefantes, encoleriza a Kerchak, pero le vale a Tarzán la amistad de dos contemporáneos: un simpático gorila llamado Terk y un neurótico elefante: Tantor. A pesar de percibirse diferente a los demás, y de que Kerchak desconfía de él, el entrañable amor de Kala, su madre adoptiva, lo llena a Tarzán del coraje que necesita. Pero el héroe madura y se convierte en un joven atlético y habilidoso al que le llega la oportunidad de demostrar todo lo aprendido cuando el leopardo Sabor vuelve a atacar a los gorilas. Justo cuando Tarzán está ganando la aceptación y el respeto que tanto deseaba, se escuchan disparos en la selva. Esto señalará un momento decisivo en su vida: es en busca del ruido que se encuentra por primera vez con seres humanos. El pequeño grupo incluye al profesor Porter, una notable autoridad en gorilas y a su hija Jane. Pero guiando la expedición está Clayton, un aventurero que detrás de su aparente simpatía esconde planes oscuros. A partir de allí, comienza la historia que todos conocemos.

CAMINO AL OSCAR
Desde que la Compañía Disney cambió el rumbo de sus producciones dando el puntapié inicial con "La sirenita" casi siempre tuvo un lugar de privilegio en la entrega de los premios Oscar. Y, aunque tuvieron el exquisito placer de tener a “La bella y la bestia” nominada como “Mejor Película”, un puesto que tienen asegurado desde hace algunos años es el de “Mejor canción”. Ganó con “La sirenita”, “La bella y la bestia”, “Aladino”, “El rey león” y “Pocahontas”. Pero, la suerte comenzó a abandonarlos con “Hércules”, “El jorobado de Notre Dame” y “Mulan”. Ahora, en Disney están dispuestos a recuperar el cetro y contrataron a Phil Collins para que se haga cargo de la música. Desde un principio, los directores experimentaron el fuerte sentimiento de que “Tarzán” no se prestaba al formato musical tradicional, por el cual los personajes estallan en una canción para expresar sus emociones. Al explorar otras formas de utilizar la música en el contexto de la narración de una historia, llegaron hasta Phil Collins. Parece que el cantante pop se entusiasmó escribiendo estas canciones narrativas y dicen que las mejores son “Dos mundos”, “Estás en mi corazón” e “Hijo de hombre”.
Disney volvió a contratar figuras de primer nivel para interpretar las voces de los personajes de esta historia. El actor Tony Goldwyn (el villano de “Ghost”) se encargó de darle emoción a la voz de Tarzán, en tanto la aclamada actriz Minnie Driver le otorgó chispa y vitalidad a Jane. A Glenn Close le fue encargado interpretar la voz de Kala, la gorila hembra que crió a Tarzán y la simpática gordita Rosie O’Donnell (“Los Picapiedras”) dotó con su voz a Terk, el mejor amigo del hombre-mono. Por su parte, el actor británico Brian Blessed prestó su voz a Clayton, Lance Henriksen al gorila Kerchak, Wayne Knight al elefante Tantor y el británico Nigel Hawthorne al profesor Porter. “Prestarle mi voz a Kala es uno de los mejores trabajos que me han tocado -señaló Glen Close-. Lo más encantador de este personaje es que tiene una figura maternal fuerte y es una pieza clave en la historia. Aunque Tarzán es diferente del resto, ella lo proteje y le enseña todo lo que cree necesario para vivir en su sociedad gorila. Es un mensaje hermoso para cualquier niño”.
Toda la gente de Disney confía en que Tarzán es el dibujo ideal para vencer a sus competidores de la Dreamworks (Steven Spielberg), a Universal Studios y a la Warner Bros. Históricamente, los personajes masculinos siempre le dieron mejor suerte a la compañía ya que los varones se resisten a consumir demasiada princesita. Ya hay un proyecto de hacer una serie de dibujos animados para el Disney Channel (aquí todavía no se ve) si es que la película es un éxito. Seguramente muchos padres y abuelos fanáticos de este personaje llevarán entusiasmados a sus hijos al cine para intentar compartir con ellos este héroe de poca ropa que los convertía en imitadores durante los veranos de sus infancias. Sin dudas ya es eterno.


Gordon Scott personificó a Tarzán en seis películas de Hollywood, entre 1955 y 1960
TARZÁN EN EL CINE
Aunque ya tiene 82 años (actualmente 91) Tarzán parece no envejecer nunca y se mantiene atlético para saltar de liana en liana. Claro está, bajo el rostro de innumerables actores y bajo los pinceles de muchísimos dibujantes. El novelista Edgard Rice Burroughs publicó por primera vez sus andanzas en la revista “All Story Magazine” en agosto de 1912 bajo el título “Tarzan of the apes” (“Tarzán de los simios”). El morrudo personaje fue protagonista de decenas de novelas publicadas entre 1912 y 1964 que vendieron más de sesenta millones de ejemplares en 33 idiomas distintos, y de más de doce mil historietas aparecidas cada día desde 1929 de la mano los dibujantes Harold Foster, luego Burne Hogart y, posteriormente, Russ Manning. En 1995 Editorial Sudamericana reeditó la colección de 25 títulos de las novelas de Tarzán.
En el cine todo comenzó en 1918, sólo seis años después de su nacimiento literario. Curiosamente esta primera película “Tarzán of the apes” fue una de las más fuertes del personaje. El protagonista, Elmo Lincoln, llegó a matar verdaderamente a un viejo león en una de sus luchas en el film. El mismo actor junto a Enid Markey como Jane, volvió a rodar otro film titulado “El romance de Tarzán” el mismo año y bajo la supervisión del mismo Burroughs. El cine mudo siguió dando Tarzanes hasta que el eximio nadador Johnny Weissmuller fue elegido para desempeñar el rol en el primer film sonoro, luego de que fuera rechazado por el famoso luchador de catch el Conde Karol Nowina (famoso también por estas latitudes). “Tarzán, el hombre mono” (1932) fue la primera película que Weissmuller filmó junto a Maureen O’Sullivan como Jane. La pareja se hizo muy popular y participó en cinco películas más. Maureen abandonó su rol aunque Weissmuller llegó a totalizar 19 películas en la piel de Tarzán. Otro que se hizo famoso en estas primeras películas sonoras del personaje fue el jovencito Jhonny Sheffield, quien interpretó a Boy, el hijo de Tarzán y Jane. Tan popular se hizo que, cuando creció y se convirtió en un morrudo adolescente, la Metro Goldwyn Mayer lo contrató para protagonizar sus propias películas como “Bomba, el niño de la selva”.
Otros tarzanes famosos fueron Glen Morris, Lex Barker, el musculoso Gordon Scott -primer Tarzán en colores, quien después siguió haciendo de forzudo como Goliath y Maciste-, Mike Henry, el flacucho Ron Ely ­-quien también protagonizó la serie televisiva- y Christopher Lambert, entre tantos otros. En total fueron más de 40 películas y cientos de episodios para la televisión.
Su esposa Jane y su hijo adoptivo Boy estuvieron presentes en muchas películas pero fueron desapareciendo de la historia, aunque los únicos que sobrevivían a casi todas las versiones eran el elefante Tantor y la chimpancé Chita, gran ausente en la nueva película de Disney.
Tarzán, de Disney, pero la serie animada

(Entrevista realizada a los creadores del Tarzán animado, en los Estudios Disney, de Burbank. Publicada en La Nación el 26 de febrero de 2002.)



Buena Vista International Television

Por Pablo Gorlero
(Enviado especial)
LOS ANGELES.- Una buena cantidad de tanques de agua con íconos que identifican a las mayores compañías de cine y TV asoman por Burbank en formación caprichosa. En esta zona de Hollywood se encuentran esos grandes estudios que albergan fantasía y mentes soñadoras. Por fuera: sólo el furioso tránsito de Los Angeles y una atmósfera que respira entretenimiento.
En medio de esa jungla de tecnología, inspiración y decorados, en la intersección de Buena Vista y Alameda, se asoma un tanque de agua con orejas de ratón. Desde 1940 se erigen allí los estudios Disney, fundados por el viejo Walt y ahora también sede de la Walt Disney Television Animation. Este departamento especial se fundó en noviembre de 1984, cuando la compañía volvió a la vida para crear series televisivas con sus mejores animadores. Las primeras fueron “Las aventuras de los osos Gummi” y “Los Wuzzles”, extraños animalitos mezclados. Diez años más tarde producían 150 episodios por día. Hoy, casi el doble.
Este año, Disney Channel tiene previsto lanzar en la Argentina una nueva programación con producción nacional y las mejores series que se confeccionan en los estudios de Burbank. Entre ellas, se destacan “La leyenda de Tarzán” y “Lizzie McGuire”, que se estrenarán en marzo, así como “Teamo Supremo” (mayo) y “Kim Possible” (julio).
Fábrica de ilusiones
El cuerpo principal de los estudios es un edificio enorme con columnas cuyas cariátides son nada menos que los siete enanitos de Blancanieves. En un edificio contiguo, está el archivo Disney, que conserva desde el vestido que lució Julie Andrews en “Mary Poppins” hasta el zoetrope (un predecesor de la animación). Pero es en los pisos superiores donde está la verdadera magia: el sitio que alberga a un ejército de ilusionistas del lápiz, el pincel y –por supuesto– la computadora.
Paredes cubiertas por storyboards, escritorios llenos de estatuillas de los personajes en yeso, tableros de dibujo con espejitos para copiar expresiones y tantos otros elementos que, para “la visita”, es un atractivo universo de ilusión.
Los más diversos proyectos se revelan en sus paredes y los artistas de Disney están preparados para lo que sea. Es el caso de los hacedores de “La leyenda de Tarzán”: reconocen que el personaje central puede tener algún condimento erótico debido a que su atractivo está en la complejidad del dibujo. “Había que hacer un personaje atractivo, joven y fuerte, a la vez. Es muy difícil dibujar el cuerpo humano y, desde el punto de vista práctico, Tarzán es complicado –explica el productor ejecutivo, Bob Roth–. ¿Cómo hacer para que no se le baje el taparrabos cuando está cabeza abajo? Es inevitable que, cuando se lanza de rama en rama, se vean las piernas. Pero es natural, eso no ofende. Logramos un personaje agradable bajo todo punto de vista. Hay que tener muchos conocimientos de anatomía para dibujarlo: no te puede salir un músculo torcido. Pero tampoco los animales son fáciles. En esta serie no andan vestidos y caminando en dos patas. Recrear un caballo o un rinoceronte es muy dificultoso”. Los únicos animales que hablan son los gorilas y los elefantes.
“La leyenda de Tarzán” está basada en la novela de Edgar Rice Burroughs, siendo una de las versiones más fieles al original. Según los entendidos, es una de las joyas de la animación de los últimos tiempos. En la serie también se utiliza la revolucionaria técnica deep canvas, mediante la cual se permite que dos personajes bidimensionales se muevan en la jungla en forma casi real (uno de los beneficios que la animación tradicional obtiene de la computación).
La técnica iniciada por el fundador de los estudios es la que prima en sus oficinas, pero, paradójicamente, las tres películas nominadas a los premios Oscar de este año en la flamante categoría de animación fueron realizadas por computadora. “Son estéticas distintas y formas de trabajo muy diferentes. Hoy, el público está fascinado por la animación computada, pero no sé si el año que viene, o en cinco o diez años se va a volver a la técnica tradicional”, argumenta Roth. “De todos modos, el peso de un éxito recae en el guión. «Toy Story» lo fue porque tenía una historia tan fantástica que habría triunfado aunque la hubiera animado un chico”, agrega Bill Motz, también productor ejecutivo. “Pero las computadoras también ayudan a la animación tradicional. Las usamos para perfeccionar colores, matices, sombras y efectos especiales”, agrega el animador Steve Loter.
Por su parte, los estudios Disney han decidido innovar en cuanto a estilos y diseños. “Teamo Supremo” y “Lizzie McGuire” son dos buenos ejemplos: la primera, cercana a un estilo de animación elemental-caprichosa de contornos fuertes que implantó Cartoon Network; la segunda, una sitcom para preadolescentes, con actores y un dibujito animado que tiene independencia del resto.
¿Cómo hicieron el creador Phil Walsh y el director de animación Joe Horne para que Disney aprobara sus transgresores bosquejos de “Teamo Supremo”? “Los estudios entienden de cambios y sus directivos son muy inteligentes. Hay una técnica común, pero esta serie era muy divertida así como la concebimos –explica Horne–. Utilizamos muchos elementos de los años 60 y 70, y el estilo que usamos tiene que ver con la época. Tal vez sea el principio de una nueva era en los dibujos de Disney.”
“Teamo Supremo” cuenta las aventuras de tres chicos que no tienen poderes, sino habilidades, y se ocupan de luchar contra temibles (y graciosos) villanos cuando no van al colegio. Las oficinas en las que se mueven Horne y Walsh (este último, descendiente de argentinos) están plagadas de dibujos con nuevos villanos pop al estilo “Batman”, historietas por todos lados y sofisticados equipos musicales que utilizan para componer el punk setentista y el pop surfer que musicalizan la serie. “Nuestra intención es rescatar los valores que nuestra generación aprendió de la familia, los amigos y la educación”, confirma Walsh, uno de los artífices de “Recreo”.
La serie “Lizzie McGuire” se graba en los estudios RenMar, está protagonizada por la adolescente Hilary Duff y cuenta las peripecias de esta joven poco popular en el colegio que tiene un alter ego animado que representa a su conciencia y sus emociones. “Nos basamos en la estética de «Corre, Lola, corre». Creemos que era ideal para esta serie, que es fiel a los miedos, alegrías y sensaciones propios de cualquier adolescente en cualquier sitio del mundo”, explica su productor y guionista, Stan Rogow. El proceso de realización de cada capítulo lleva varias semanas: los animadores se ocupan primero del alter ego de Lizzie para, después, dar lugar al rodaje con los actores.
Entretanto, otra de las agradables sorpresas que Disney acaba de lanzar en la TV norteamericana es “Kim Possible”, una serie de acción de media hora que cuenta las aventuras de una intrépida chica de 14 años que se transforma en agente secreto con la ayuda de su mejor amigo (un “nerd” que se roba cada episodio). Bob Schooley y Marck McCorkle, sus productores ejecutivos, afirman que tiene muchos puntos en común con las historias de James Bond y aceptan cierta similitud con la flamante “Alias”. “Cuando vimos por primera vez la serie nos agarramos la cabeza. Pero nuestro show es para chicos y adolescentes, también con mucha acción, explosiones y condimentada con mucho humor”, explica Schooley antes de volver a sumergirse en ese mundo de animadores, de generosos fabricantes de risas y de hijos de la imaginación.
Excelencia en animación
(Crítica publicada en La Nación, el 28 de mayo de 2002, cuando se estrenó la serie animada por el Disney Channel.)

Por Pablo Gorlero
El "Tarzán" de Disney fue una de las versiones más fieles de la novela de Edgard Rice Burroughs. Además de haber alcanzado un nivel de animación sin precedente, fue uno de los mayores éxitos de la firma de los últimos años. Era cantado que tuviera su serie de TV.
Sus hacedores, Motz y Roth, son los creadores de muchas otras secuelas Disney y lograron que sea una fiel continuación del estilo de la película. Seduce desde la presentación, con música de Phil Collins, que remite al cómic.
Los creadores demuestran ser unos amplios conocedores del cuerpo humano, ya que la animación del personaje central es una de las más complejas y tiene una precisión de movimientos casi perfecta. A su vez, las sombras y los reflejos producidos por la selva le dan un toque de realismo a esta fantasía que se mueve en múltiples planos.
La serie contiene mucho humor, acción y hace hincapié en las relaciones fraternales y familiares. Como siempre, Disney pone el acento en los personajes secundarios. Así, se hacen adorables los amigos de Tarzán: el gorila Terk y el elefante Tantor. Pero el personaje más logrado es el profesor. Porter, el gracioso suegro de Tarzán, muy fiel al original.

1 comentario:

  1. esta muy guay pero teneis q poner mas sobre tsrzan y los personages seria muxo mexor

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