A lo largo de más de 20 años, hubo muchas notas que terminaron en el olvido, otras que envolvieron papas o huevos, pero muchísimas que uno recuerda y que quiere. Siempre pensé que sería bueno tener un lugar donde volver a publicarlas ya que, años atrás, no había Internet como para que todo el mundo pudiera verlas. Quería compartir estos escritos sobre teatro, televisión, cine y alguna que otra cosita; más lo que tenga ganas de escribir y se me ocurra. Ojalá sirva de algo. Un abrazo.
domingo, 20 de diciembre de 2009
De programas y acomodadores
La cortesía se ha perdido en algunos teatros. Siempre es grato ser recibido con amabilidad cuando uno asiste a un espectáculo. Eso ocurre siempre en salas como El Nacional, el Astral, el Lola Membrives y el Liceo, por ejemplo. Boleteros pacientes y acomodadores amables. Pero últimamente esa cortesía se ha perdido en algunas de las grandes salas, como es el caso del Avenida, el Gran Rex o el Opera. Los acomodadores no sólo parece que estuvieran reagrupando ganado, a espera del valor de la propina, sino que a menudo se niegan a entregar programas de mano, elemento esencial para el espectador. En cada uno de esos teatros mencionados, quien esto escribe recibió la misma respuesta: "Se entrega uno cada dos personas, no alcanzan para todos". ¿Desde cuándo? Cada persona del público tiene derecho a tener su programa de mano. Lo hacen las salas más chicas, es hora de que las más grandes también sigan el ejemplo. En cuanto a modales, las acomodadoras de La Trastienda se llevaron esa materia a marzo.
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