jueves, 12 de junio de 2008

Cuando "Adiós Nonino" duele

Publicado en octubre de 2002, suplemento Tevé, de La Nación

Cuando “Adiós, Nonino” duele

Ya casi no hay quien no tenga algún afecto emigrado a otras latitudes. Por eso no hace falta describir cómo eso pega. También llegan las noticias de cómo son acogidos nuestros compatriotas en tierras ajenas. Tal vez de la misma forma en que muchos argentinos acogen a bolivianos, peruanos y paraguayos. Días atrás, la Televisión Española (TVE) dictó clase a través de una de sus mejores series de ficción: “Cuéntame”. Pero aunque su didáctica traspasó las fronteras, se vislumbra que el objetivo era local. Su meta era sembrar conciencia. Esta serie retrospectiva observa la historia, a través de la voz adulta en off del hijo menor de una familia, que recuerda cómo fueron sus días por aquella época: en el Madrid de 1969. Antonio Alcántara –interpretado por Imanol Arias- recibe a su tío Gerardo –Héctor Alterio, como actor invitado-, que llega de Buenos Aires a visitar el terruño, gracias a la Operación España, financiada por el gobierno franquista. Gerardo vuelve quebrado. Había conocido la prosperidad a través de sus emprendimientos, pero veía cómo su fábrica cerraba en un momento que dejaba vislumbrar el futuro. “Dentro de 30 años se va a hundir todo aquello”, avizora. Pero él armó su nido en Buenos Aires y quiere regresar. Para eso, todos juntan sus ahorros y lo ayudan. Al final del capítulo, con un “Adiós Nonino” que orada el alma e imágenes del hotel de inmigrantes o de barcos cargados de gente yuxtapuestas a otras de represiones y saqueos, la voz en off de Carlitos, el menor, hace un disparo certero –casi mortal para nosotros, de advertencia para ellos-: “Como tantos otros españoles, Gerardo había huido de nuestra pobreza buscando un futuro mejor en Argentina. Ahora los descendientes de los emigrantes hacen cola ante el consulado español de Buenos Aires, para buscar un futuro mejor en España. Y los españoles del siglo XXI, arropados en la prosperidad europea, vemos con impotencia como se desintegra la Argentina, el país que acogió a nuestros antepasados, el país que nos dio su trigo cuando no teníamos pan”.

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